TOLENTINO
Tolentino
surge a 224 metros de altura sobre la ribera izquierda del
río Chieti, en el territorio de Macerata
y no lejos del Parque de los Montes Sibilinos.
El territorio de Tolentino resultó ser habitado desde
el paleolítico pero sólo a partir de los Picenos
podemos datar el inicio de su historia reciente (siglo
VI a.C.). De este período han sido sacadas
a la luz numerosas tumbas.
Con la batalla de Sentino (295 a.C.)
y la derrota de la liga itálica Tolentino pasó
bajo la influencia de Roma convirtiéndose en Municipio
adoptándo el nombre de Tolentinum. Después de
un período de desarrollo en época imperial la
ciudad fue víctima de las invasiones bárbaras
y sujeta al poder de la Iglesia que hizo de la ciudad sede
del obispado pasando posteriormente al Reino Longobardo
(752).
Vovió a la Iglesia romana después
de la llegada a Italia de los Francos, Tolentino
renació en el siglo XI convirtiéndose en Municipio
Libre (siglo XII) y conociendo un
período de desarrollo económico. Pasó
por tanto bajo el dominio de potentes familias nobiliarias
como los Da Varano y los Sforza.
Vovió nuevamente a la administración de Roma,
la ciudad fue el teatro de la llegada de las tropas
napoleónicas y de su definitiva derrota: en
el 1797 fue firmado aquí el Tratado
de Tolentino entre Napoleón Bonaparte y Pio
VI, tratado que imponía pesadas sanciones económicas
a la Igleisa determinando de hecho el final del Estado Pontificio.
El paréntesis napoleónico se cerró en
el 1815 (entre el 2 y el 3 de Mayo), cuando
las tropas del rey de Nápoles, Gioacchino Murat
cuñado de Napoleón, se chocarón y perdieron
contra las austriacas en las cercanías de la Fortaleza
de la Rancia decretando el final del dominio francés
y la reunificación de Tolentino al territorio pontificio
hasta el momento de la Unificación Italiana (1860).
Tolentino se distinguió durante la segunda guerra mundial
por la lucha contra el nazismo llegando a ser una de las ciudades
condecoradas al Valor Militar por la Guerra de Liberación.
Entre los monumentos de Tolentino destacamos la Basílica
de San Nicola da Tolentino con el conventro agustiniano,
la biblioteca Laurenziana y el bellísimo Castillo
de la Rancia, de forma cuadrángular con murallas
merladas y tres torreones angulares, hoy sede del Museo Arqueológico.
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