CASARANO
Ciudad de Salento situada
en provincia de Lecce, Casaranto custodia una joya artístico-arquitectónica
única: la iglesia paleocristiana de S. María
de la Cruz (siglo V d.C.)
Fundada según la tradición por un centurión
romano de nombre César, al que le habían sido
asignadas estas tierras después de las revueltas civiles
del siglo I a.C., Casarano vio la época imperial a
la sombra de su más poderosa ciudad vecina; Galliopoli.
A continuación conoció el azote de las invasiones
bárbaras de Godos, Érulos y Vándalos
para terminar confluyendo en el efímero Reino Ostrogodo
expulsado por el ejercito bizantino al mando del general Belisario
durante la guerra greco-gótica (535-553).
La llegada de los Longobardos a Italia (570 d.C.) no tocó
estas áreas de Puglia antes del siglo VII, pero su
posición meridional la colocó continuamente
en un lugar de tránsito entre las posesiones bizantinas
y las longobardas.
En el siglo IX los Sarracenos, se instalaron en Bari, provocando
con sus incursiones el translado de los habitantes en dirección
a los barrios de Terra, Lacco y Sant’Elia.
La llegada de los normandos en el siglo XI devolvió
la paz a la región y Casaro fue entregada como feudo
a Ottavia Fuggetta y, bajo los suevos (siglo XIII) a Godofredo
de Cosenza.
La derrota de los suevos a manos de los angevinos (1266) ocasionó
el tránsito del feudo de Casarano a Pietro di Bertinaccio,
a los Tomacelli, a los Filomarino, a los Conca y a los D’Aquino.
La conquista de los Aragoneses de esta parte del Sur de Italia
(siglo XV) coincidió con la caída de Nápoles.
En el siglo XVIII el duque Giacinto D’Aquino hizo construir
el castillo.
Son numerosas las iglesias a visitar en la ciudad: la iglesia
de la Madonna della Campana alto-medieval, la Iglesia de San
Domingo (1536), la iglesia de Santa María de la Anunciación
(iglesia matiz, desde el final del siglo XVII), la Iglesia
de S.María de la Cruz (Casaranello, siglo VII), la
Iglesia de la Inmaculada de María.
Pero en Casaro merece la pena pasear por sus calles del centro
histórico donde es posible admirar los palacios nobiliarios
y descubrir la gran originalidad de las casas con patio.
Cada año la ciudad se anima considerablemente durante
las celebraciones pascuales de Semana Santa y la gente se
vuelca a las calles e iglesias durante toda la noche.
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