CONVERSANO
No lejos de la costa adriática
y sobre el altiplano de las Murge Conversano custodia y desvela
un patrimonio artístico de extraordinaria belleza.
Conocida por los antiguos romanos como Norba, centro fundado
en el edad del hierro por los lapigios (siglo VIII a.C.),
gentes de procedencia ilírica.
Siguió posteriormente como las otras ciudades mesápicas
y peucidicas una progresiva helenización iniciada en
el siglo VI a.C. con la difusión de la cultura helénica
obra de la potente colonia griega de Taranto.
Entro en la órbita romana en el 268 a.C. después
de las campañas de Pirro en la Italia meridional (275
a.C.), Norba conocerá el desarrollo y la paz que acompañaron
al período augusteo dividiendo la suerte del Imperio
Romano.
El siglo V y la caída de Roma trajeron la destrucción
por manos de los visigodos de Alarico que allí llegaron
en el 411 d.C.
Surgida sobre las ruinas de la ciudad de Norba un caserío
Cupersanem atravesó la época bizantina (siglo
VI-VIII) y aquella longobarda (siglo VIII-S) sin levantar
mucho interés. Época por lo demás sacudida
por las continuas incursiones marítimas de los sarracenos
(siglos IX y X).
Sólo con la llegada de los normandos en el 1054 Conversano
comenzó a ganar en importancia y belleza.
Godoffredo de Altavilla fue el primer señor y bajo
su mando fue edificado el Castillo Normando que será
continuado por los Bassavilla (1134-1187), por los Brienne
(1269-1356) que con Gualtiero IV edificaron el Casal Vecchio,
por los de Enghien (1357-1381), por los Lussemburgo (1381-1407)
que ampliaron el castillo, por los Sanseverino, por los Barbiano
(1411-1422), por los Orsini (1422-1434) por los Caldora (1434-1440),
hasta Juan Antonio Orsini del Balzo (1440-1455) príncipe
de Taranto y duque de Bari el cual dió la ciudad en
dote a la hija Caterina que desposó en el 1455 con
Julio Antonio Acquaviva de Aragón duque de Atri y conde
de Teramo. Esta última familia mantuvo Conversano hasta
la ley de abrogación del derecho feudal del 1806 establecida
por José Bonaparte.
Después de un breve período bajo la dominación
de los Borbones Conversano confluyó junto con todas
las ciudades meridionales en el recién nacido Reino
de Italia en el 1860.
Conversano lleva las señales del tiempo y se desvela
partiendo de las antiguas murallas ciclópeas.
Corazón palpitante de la ciudad es su plaza que aquí
todos llaman “Largo della Corte” donde destaca
la Catedral románica y el bellísimo Castillo
normando. No lejos de aquí se encuentra el Monasterio
Benedictino y las iglesias de los Santos Cosme y Damián
y de Santa Caterina completando la visita a la ciudad.
Son así mismo dignos de visita el Parque Arqueológico
que custodia los restos de la antigua ciudad de Norba que
conserva intacta la Porta Maggiore y bien conservadas las
murallas ciclópeas. Sobre una de las dos acrópolis
destacan los restos del así llamado Castillo de las
aguas, un establecimiento termal.
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