MODUGNO
A pocos kilómetros
de Bari en el interior de la costa adriática, se encuentra
Modugno que toma su nombre del latín Medunium, es decir
a mitad de camino entre Bari y Bitonto a lo largo de la vía
Trajana.
Fundada en la Alta Edad Media o más probablemente en
la época de la dominación bizantina cuando,
siendo un simple poblado campesino situado en el trayecto
de la vía Trajana, era conocido como pagus medugenus
nacido entorno a la pequeña iglesia de S. María
de Modugno o de la Asunción (siglos VIII-IX).
En el siglo X sufrió las incursiones de los Sarracenos,
ya propietarios de Bari, que hicieron refugiarse a los habitantes
en la torre longobarda situada en la localidad de Motta.
En el siglo XI la llegada de los normandos al sur cambio el
escenario de poder de las diócesis, que de ser bizantinas
pasaron bajo la administración de los Papas de Roma.
En este contexto Modugno apareció en algunos documentos
pontificios (1062-1089) como ciudad perteneciente a la diócesis
de Bari
Bajo los suevos (siglo XIII) el feudo de Modugno pasó
primero a los Costa (1212) y posteriormente a los Chyrlia.
La llegada de los angevinos hizo volver a los Modugno a la
diócesis de Bari (1269) y la fortificación del
burgo el siglo sucesivo (1349) obra del arzobispo Bartolomeo
Carafa.
En el 1440 Modugno se convirtió en feudo de los Orsini
del Balzo, ya príncipes de Taranto.
Modugno se convirtió posteriormente en posesión
de los Sforza de Milán conociendo un período
de desarrollo y fervor intelectual.
Después de la guerra franco-española por el
dominio sobre el Reino de Nápoles, concluida con la
batalla de Cerignola (1504), los españoles vencedores
confirmaron el feudo a Isabel de Aragón, ya princesa
de Bari. A ella le sucedió la hija Bona Sforza (1521)
la cual gobernó el feudo de Polonia, donde fue trasladada
tras su matrimonio con el rey Sigismundo, pero Modugno en
este momento vivió su máximo esplendor.
A su muerte (1557) el feudo pasó a la corona española
en la persona de Felipe II el cual lo vendió a Ansaldo
Grimaldi en el 1581 pero la ciudad se libró ferozmente
del yugo feudal mediante el pago de 40.000 ducados (1582).
El dominio de los españoles (siglo XVI) coincidió
en todo el sur de Italia con el inicio del declino económico
a causa de las epidemias de peste y de la fuerte presión
fiscal. Son de este período la mayor parte de los monumentos
hoy presentes en la ciudad.
Los acontecimientos que desencadenaron la formación
de la República de Nápoles (1806-1815), serán
vividos en primera persona durante un largo período
por los habitantes de Modugno, acontecimientos en los que
la ciudad vivió el asedio de las tropas sanfediste,
fieles a la monarquía (10 de marzo de 1799).
Volvió bajo los Borbones (1816), mientras en Modugno
se decidió el derrumbamiento de las murallas (3 de
diciembre de 1820), en pleno alzamiento de los carboneros
a los cuales la ciudad se adhirió. A pesar de la feroz
represión del gobierno ya el curso histórico
había iniciado y culminó con la anexión
del Reino de las Dos Sicilias al Reino de Italia en el 1861.
La fase sucesiva fue caracterizada por el fenómeno
del bandolerismo que fue ferozmente castigado por la monarquía.
La primera Guerra Mundial paso por Modugno cobrando un alto
tributo; más de cien habitantes asesinados, siendo
poco inferior el número de mártires de la Segunda
Guerra Mundial (1940-1943).
En el 1946, después de un referéndum institucional,
el Reino de Italia adopto el sistema republicano.
Son de obligada visita en la ciudad la iglesia madre de la
Anunciación, la Iglesia del Purgatorio (siglo XVIII),
la Iglesia de la Inmaculada (1585) y, un poco en las afueras
S. Agustín (1608) y la Iglesia de S. María de
las Grutas con los frescos, donde la tradición señala
el lugar donde fue asesinado el padrón de Molfetta,
San Corrado de Baviera.
En las cercanías del Modugno (3 Km.) es posible visitar
Balsignano, pequeño burgo medieval amurallado con castillo
y preciosas iglesias en su interior.
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